lunes, 8 de abril de 2013

Vuelvo a echarte de menos.

Si pensabas que ya me había olvidado de ti, aquí me tienes de nuevo, escribiendo para ti, poniendo el alma en cada letra. Tal vez seas tú el que ya se ha olvidado de mí, quizás ya no recuerdes lo que signifiqué para ti... Y aquí estoy yo una vez más para decirte que te extraño, que te sigo queriendo mucho, tal vez demasiado.

Sin ti todo ha cambiado. Mi sonrisa no luce con tanto entusiasmo, está algo cansada, siente dolor, está herida, te echa de menos. Y es que sólo tú lograste  hacerme sonreír en los días más oscuros, fuiste tú la única persona que estuvo aquí para sacarme una sonrisa en mis peores días, y también en los mejores. Y ahora no estás aquí para hacerlo.

Me enseñaste a aprender de mis errores, y a aprender también de ti. Me defendiste, te acercaste a mí cuando viste que no me sentía bien, te preocupaste por mí, me demostraste que te importaba, que no te gustaba verme sin una sonrisa. ¿Por qué todo ha cambiado en tan poco tiempo? ¿Por qué actuamos como desconocidos, si ambos sabemos que nos conocemos muy bien? ¿Por qué nos miramos y bajamos la vista cuando nuestras miradas coinciden, si antes siempre nos sonreíamos?

Creí que la distancia no iba a cambiar nada de sitio, pensé que esta amistad iba a ser más fuerte. Pero el tiempo me ha hecho ver que estaba equivocada. No sé dónde ha quedado la amistad. Lo único que sé es que este sentimiento sigue permaneciendo dentro de mí, me invade, me descontrola, me hace llorar, y a medida que pasa el tiempo crece más.

¿Quién me iba a decir a mí que la misma persona que ayer me hizo reír cada día, hoy me hace llorar cada noche? No hay recuerdo tuyo que no me saque una sonrisa, y a la vez una lágrima. Lloro porque sé que todo se ha convertido en un puto pasado, porque todos nuestros momentos ya no volverán, porque el tiempo ha pasado, porque nada volverá a ser lo mismo de antes, porque tan sólo pensar que ya me has olvidado produce en mí un estado de extrema tristeza. Y sé que volveremos a encontrarnos más adelante en el camino, pero te aseguro que nada podrá volver a ser lo mismo.

Recuerda siempre que siempre te recordaré. Fuiste, eres, y serás alguien grande para mí. Y si, como me dijiste un día, yo fui alguien especial para ti, espero que aún lo siga siendo, aunque no con tanta intensidad como antes, lo sé. Personas como tú no son fáciles de olvidar, son inolvidables. No puedo decirte más de lo que ya sabes, porque ya lo sabes todo, aunque aún no quieras darte cuenta. No quieres ver que, por muy increíble que parezca, eres imprescindible para mí. Eres un gran amigo, una enorme persona. Muy, muy grande.

Te vuelvo a dar las gracias por cada momento que viví a tu lado, cada ataque de risa, cada lágrima que se deslizaba por mi cara de tanto reír... Gracias por haber sido quien eres hasta el momento, por haber aguantado mi pesadez, por haber confiado en mí y seguir haciéndolo muy de vez en cuando, por perdonar mis errores y hacerme aprender de ellos. Gracias por todo.

Mi llanto te recuerda cada vez que patina sobre mis mejillas y me hace recordar a mí que no te gustaba verme sin una sonrisa dibujada, por ello intento sonreír ante los problemas, porque sé que nunca te gustó verme llorar. Pero, a veces, eres tú mismo el que me hace llorar con tus recuerdos, aunque en este caso mi llanto es de alegría. Alegría al saber que la vida me hizo conocer a un amigo increíblemente grande, a una persona que me sacó una jodida e inmensa sonrisa todos los días, aunque ahora  ya no sea así. Gracias, joder, mil gracias.

Repito que nada es lo mismo, pero sé que algún detalle sigue en su lugar. Como, por ejemplo, el darme fuerza para no rendirme. Porque me has ayudado a seguir adelante en todo momento, eso no te lo niego. Me has dado fuerza cuando viste que caí. Y te lo agradezco, te agradezco que aún permanezca algo dentro de ti que te impulse a acercarte hasta mí.

Este añoro corroe poco a poco mi interior, el echarte de menos se está convirtiendo en rutina y la rutina aburre, cansa. Por favor, no tardes en regresar, y cuando lo hagas procura convertir todo esto en lo que un día fue, en lo que un día fuimos. Convirtamos esta distancia en centímetros entre tu cuerpo y el mío, entre tu mirada y la mía. Reconstruyamos la cuerda cargada de buenos momentos que nos ayudaba a subir cada vez más hacia arriba, de la cual apenas queda un hilo a punto de desvanecerse. Transformemos este frío en un abrazo que entrelace tus brazos con los míos.

1 comentario:

  1. Hola kari es una muy buena entrada estas triste verdad?mmm sabes ojala que la persona de la cual hablas y tu arreglen sus problemas. Demasiados sentimientos plasmados muy lindo de verdad, felicidades y un saludo.Oye animo : )

    ResponderEliminar