lunes, 9 de septiembre de 2013

No es fácil continuar hacia delante, sin dejar de mirar atrás, y menos sabiendo que en el camino se han quedado muchos recuerdos que ya nunca volverán. Veo como todo se complica cada vez más, y personas las cuales creí que jamás se iban a ir, ya las he visto marchar. Grandes amistades se han convertido en simples conocidos. Y duele, a mí me duele...

No entiendo por qué todos están tan distintos. Es cierto que la adolescencia nos hace cambiar, pero somos nosotros los que decidimos si cambiar a mejor o a peor. Estoy un poco harta de ver y oír tonterías por todas partes. No se cansan de decirme que soy rara y aburrida. Y sí, tal vez tengan razón. Pero no voy a cambiar, pues a pesar de no saber exactamente lo que soy, me siento bien siendo así como quiera que sea. Ya sé que nunca se me ve por las fiestas, que soy muy reservada, que casi siempre estoy callada... ¿Y qué? Prefiero un libro, antes que un móvil. Me gusta estudiar y aprender. Puedo pasarme tardes enteras leyendo o escribiendo. No cuento nada a nadie, ni de mí, ni de lo que sepa de los demás... ¿Y qué? Creo que, a pesar de todo, soy persona como todos, con defectos y virtudes. ¿O no?

Ojalá pudieran entender lo que siento cuando veo que lo único que hacen es reírse conmigo, pero también de mí. Cuando me utilizan y me vuelven a tirar como quien tira un papel a la papelera, y yo soy tan gilipollas que continúo estando ahí, queriendo ayudar a todo el mundo, e intentando que nadie se entere de lo que es la soledad, porque sé que es muy jodida, casi tanto como la distancia. Ojalá alguno pudiese ponerse en mí lugar por un momento, antes de hablar gilipolleces. Ojalá sepan mi puta historia y lleguen a sentir lo que yo un día sentí. Tengo razones por las que soy lo que soy. Y no sé lo que ha pasado, lo único que sé es que, desde que pasó, nada ha vuelto a ser lo mismo.

Si no me aceptan, la puerta está ahí, abierta, para los que quieran salir y para los que quieran entrar. Lo único que pido es que no estén continuamente tocando el timbre y huyendo al mismo tiempo. Porque jode salir fuera, creyendo que hay alguien, y luego ver que sólo ha sido un engaño más. No sé si me explico. Es un poco complicado definir lo que siento aquí dentro. Es una mezcla de recuerdos, emociones y sentimientos. Es como un añoro, un vacío, aunque no sé exactamente lo que echo de menos. Tal vez sea algo que nunca he tenido. O tal vez sean personas que ya se han ido. Todo está tan distinto... Y no es nada fácil andar por un camino que cambia, cada dos por tres, las piedras de sitio.

2 comentarios:

  1. Me gusta lo que he podido leer hasta el momento. Con tu permiso, me quedo. Un cordial saludo.

    ResponderEliminar