miércoles, 18 de septiembre de 2013

Nunca es tarde, si la dicha es buena.

Un día te levantas y lo ves todo al revés, abres la ventana y, a pesar de ver el sol brillar, crees que llueve, que no hay razones para continuar. Sientes que no vales nada, que no te valoran, y que los que sí lo hacen es porque están locos. Piensas que tus sueños son sólo sueños, y jamás se harán realidad, por ello pasas de luchar y te quedas, una vez más, sentado en el sofá, dejando que la vida haga contigo lo que le dé la gana. Nada te motiva, no haces lo que realmente quieres por miedo a lo que dirán los demás, finges estar bien cuando sabes que no lo estás, y por fuera sonríes, mientras por dentro únicamente quieres llorar. Te convences de que tu vida es una mierda, de que tú eres una mierda; de que todos los que te rodean son felices y alcanzarán sus sueños, y tú no. Temes exponer lo que piensas, porque crees que todo lo que dices son tonterías. Te quedas callado, con ganas de gritar, pero callado. Necesitas desahogarte y piensas que no tienes a nadie a tu lado, entonces te derrumbas aún más. Intentas levantar la cabeza, pero cada vez que lo haces te das cuenta de que todo está cada vez más negro, y la vuelves a bajar, sin hacer nada para mejorar...

Si algún día te levantas pensando así, no es porque tu vida sea una auténtica chapuza, lo que pasa es que las cosas no mejoran por sí solas, eres tú quien tiene que mejorarlas. Tú tienes que aprender, poco a poco, a valorarte y a alejarte de las personas que sabes no lo hacen, aunque a veces duela. Siempre hay razones para seguir adelante, sólo tienes que salir a buscarlas y no quedarte en casa creyendo que no puedes hacer nada, porque sí puedes, si quieres, puedes. No eres una mierda, puedes verte rodeado de mierda, pero tú nunca serás una mierda. Eres una persona como cualquier otra, y mereces todo lo que tengas y quieras conseguir en la vida. Tus sueños no son imposibles, así que cree en ti y comienza a luchar, verás que lo consigues, tarde o temprano, lo conseguirás. Todo llega a su tiempo, aunque a veces parezca que el tiempo venga de rodillas. Demuéstrate a ti mismo, y demuestra a los que no quisieron creer en ti y te dijeron que no lo lograrías, que pudiste lograrlo. No te lleves por lo que digan los demás, es tu vida, eres tú quien se encarga de ella, así que haz todo lo que creas conveniente hacer. No te quedes en el sofá, dejando el tiempo pasar. Levántate, no una, ni dos, ni tres veces, sino todas las que sean necesarias, hasta conseguir tus objetivos. La recompensa va a ser mayor que el dolor de las caídas. Sonríe, sonríe por encima de todo. Llorar no sirve de nada, asúmelo. Di todo lo que tengas que decir, no te tragues palabras, porque llegará un momento en el que explotarás, y decirlas todas juntas va a ser peor. Plantea soluciones a tus problemas, sabes que puedes solicionarlos. No estás solo, lo que pasa es que, para ver qué y quiénes te rodean, antes tienes que levantar la cabeza. Así que levántala y mira. ¿Ves el sol, ahora? Ahí está todos los días, para alumbrarte el camino, aunque creas que llueva. Puedes tropezar, toda vereda tiene trazos pedregosos, sobretodo la de la vida, pero en un tropiezo no acaba el camino. Levántate y continúa. No mires atrás, piensa que si cenicienta hubiese vuelto a por su zapato, nunca hubiera conocido a su príncipe. En la vida no hay malos momentos, sino rachas en las que te toca luchar para mejorar lo que tú mismo sabes que va mal. Son en esas rachas en las que te desanimas, en las que, desde que te ves en un pequeño abismo, ya quieres darlo todo por perdido. Y es ahí, precisamente, donde queda prohibido rendirse. Todos podemos tener malos días, malas rachas, pero nunca mala vida. ¿Acaso la vida acaba en un mal día? Todo se supera. Cuando abras la ventana, procura mirar al sol antes de cerrarla. Valora cada día lo que haces, lo que eres y lo que tienes, aunque creas que ya lo haces, siempre te quedará algo por valorar. Tus sueños pueden resultar tonterías para los demás, pero si para ti significan algo, lo que sea, ¿qué más da lo que digan? ¿Qué más da lo que piensen? Espabila, que la vida es maravillosa, sólo tienes que luchar, reflexionar, y pararte a pensar en qué tienes que hacer para encontrar sus maravillas. Nunca te rindas.

Nada en la vida es fácil de conseguir. Hemos crecido con la idea de que las cosas se consiguen rápido. Y no es así. Tal vez por ello nos rindamos a la primera de cambio y nos sintamos mal cuando algo nos sale mal. Todo llega, tarde o temprano, pero llega. Recordemos que nunca es tarde, si la dicha es buena.

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