Aún recuerdo el día en el que apareciste en mi vida, jamás lo olvidaré. Fue todo tan perfecto, tan bonito. Tú dijiste tu nombre, entonces yo sonreí; en ese momento sentí algo especial, sentí que mis labios pronunciaban tu nombre con una voz débil y con mucho cariño; un cariño especial, el típico cariño que no sé de dónde ha salido, ya que ni siquiera te conocía. Sólo sabía tu nombre y ya sabía que significarías mucho para mí. Increíble.
Con el paso del tiempo te fuiste convirtiendo en mi vida, en la persona que confiaba sin sentir miedo, en la única persona a la que yo le sonreía en todo momento, incluso cuando no encontraba motivos para sonreír. Te convertiste en la persona con la que hablaba todos los días; siempre buscaba una excusa para hablar contigo, porque me encantaba oír tu voz; parecía de colores; era una voz preciosa y cada palabra que me dedicabas, cada palabra que salía de tu boca, era increíble.
A medida que los días pasaban, me daba cuenta de que todo se me iba de las manos. Sabía que tenía que detenerme, pero quería seguir avanzando. No me cansaba de quererte; mi aprecio por ti aumentaba cada vez más y no quise frenar, aunque sabía que todo iba a acabar. Sabía que tenerte iba a ser pasajero, pero aún así quise quererte. Increíble.
El tiempo se acababa y yo todavía te esperaba. En realidad, no te esperaba a ti; esperaba algo más de ti, pero me di cuenta de que todo lo que me dabas era todo lo que me podías ofrecer, aunque sé que siempre quisiste darme más, pero tu mente decía que no, mientras tu corazón te decía que sí y te hacías un lío, hasta que quisiste hacerle caso a tu mente, ya que si le hacías caso a tu corazón provocarías un problema. Sabíamos que solamente éramos dos opuestos, pero soñábamos una misma historia; una historia que vivíamos juntos, con un mismo destino. Increíble.
Ahora todo se ha convertido en un recuerdo. Mis ojos están desesperados y se mueven hacia ninguna dirección; van buscando tu mirada, ya que sin ella no pueden ver el sol. Aún te sigo buscando, aún no me creo que te has ido de mi lado. Te necesito aquí, aquí conmigo. Sin ti todo anda mal. Todo es muy distinto sin ti; si tú no estás no sale el sol. Sí, esto es increíble, pero cierto.
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