jueves, 9 de agosto de 2012

Un instante de amor.

Y ha sido en este mismo instante cuándo me ha apetecido venir hasta aquí, para intentar refugiar mis penas detrás de las palabras.

Hoy, tengo ganas de hablar sobre el amor. Nunca existirá una definición exacta acerca de esta palabra, porque es el único término imposible de describir con las palabras correctas. Cada persona tiene su manera de describir el amor. Todo depende de las experiencias vividas con este sentimiento. Algunas personas dicen que el amor es odioso; otras, en cambio, dicen que es adorable. He oído decir que el amor puede traer la felicidad, pero también he escuchado que puede robarla. Dicen que el amor forma un millón de sonrisas sin motivos, pero también hace derramar uno y medio de lágrimas. Unas personas son capaces de decir que el amor solamente hace sentir dolor y muchas otras son incapaces de decirlo; unas que están enamoradas del amor, otras que están enamoradas con amor y muchas otras fingen estar enamoradas. La mayoría dice que el amor es eterno, pero otra gran mayoría cree que no lo es.

En mi opinión, el amor no tiene ninguna manera de describirse. El amor se siente, no se describe. En ocasiones, se convierte en un infierno; otras, en un paraíso; y a veces, en un juego. Pero, por encima de todo, el amor es un sentimiento fácil de sentir, pero difícil de olvidar. Un sentimiento difícil cuándo se convierte en una mentira, pero muy lindo cuándo se siente de verdad. El amor no entiende de razas, ni de edades, ni de físico, tampoco del sexo de una persona; aquí, en el amor, lo único que importa es el corazón.


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