miércoles, 9 de enero de 2013

Sin título.

En la vida, muchas personas vienen y muchas otras se van. A veces, no sé apreciar a las que vienen, hasta que las veo marchar. En ocasiones, no me comporto como debería con las personas que siempre han estado a mi lado. Uno de mis defectos es que, sin darme cuenta, le doy más importancia a las personas que nunca están cuando las necesito, e ignoro a las que siempre han estado aquí, aquí conmigo.

Hoy, echo de menos a muchas personas que ayer no supe apreciar; echo de menos a personas que un día eché de más. Me he dado cuenta de que no todas las amigas son amigas. Muchas utilizan máscaras las cuales me pintan todo bonito, me ciegan e intentan alejarme de las que de verdad son amigas. Puede que sea tarde, o tal vez aún es temprano, lo único que sé es que ha llegado la hora de aprender a diferenciar entre una amistad y una falsa amistad. Los amigos de verdad se cuentan con los dedos de una mano, y aún así me siguen sobrando dedos.

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