jueves, 9 de mayo de 2013

El dolor se seca a base de sonrisas.

Aquí estoy una vez más, arrojando letra a letra todo lo que mi voz es incapaz de decir, expresando una tristeza inmune que se resume en una dolida sonrisa. Uno de mis defectos, o una de mis virtudes, no lo tengo del todo claro, es sonreír en todo momento, aunque el dolor corroa y desvanezca cada rincón de mi interior, siempre sonrío. Tal vez lo haga porque la vida me ha hecho tanto daño, que ahora le sonrío, aunque me hiera una, dos, tres, o infinitas veces. Quizá aparente ser pequeña, o no del todo grande, quizá con mi edad lo normal es que no se sepa lo que es una herida procedente de la vida. Pero yo sí lo sé, lo sé desde hace ya muchos años. Sé que no hay peor herida que aquella que abre la vida, porque ese tipo de herida no es como la que me hacía corriendo en el parque, esta herida es casi imposible de cerrar. Cicatriza, pero en el momento menos esperado se abre de nuevo, y duele, aseguro que duele y hace caer en un profundo abismo, como si de un laberinto sin salida se tratase. No se cura con nada, ni con agua oxigenada, ni con tiritas, ni con alcohol... Y no queda otro remedio que seguir adelante, e intentar sanarla con una lagrimosa sonrisa.

El tiempo me ha hecho ver que, por muchos caminos pedregosos, o por muchas realidades de cristal por las que tenga que pasar descalza, nunca debo rendirme. Aunque la soledad me invada, aunque me sienta sin fuerza, aunque sienta que el mundo entero cae sobre mí, siempre he de seguir. 

Sí, puede que todos los días regale una sonrisa a todos, puede que siempre me asome sonriendo a este mundo loco, pero ese no es motivo para tomarme como alguien sin preocupaciones, sin problemas, sin dolor... ¿Y si las personas que más sonríen, tal vez, son las que más han sufrido?

Si sonrío no es porque siempre me sienta bien, sino porque no quiero explicar por qué me siento mal. Porque es mejor resumir todo con un "estoy bien" seguido de una sonrisa, que decir "estoy mal" y tenga que dar explicaciones, las cuales me hacen sentir peor. Prefiero guardar todo para mí, aunque a veces me harte de tanto tragar, sin nada soltar.

Tampoco he venido aquí para decir que estoy mal, sino simple y llanamente para decir que no estoy del todo bien. Estoy un poco harta de que me rodeen tantos malos pensamientos, y carezcan los buenos. Me canso de detenerme continuamente para escuchar a mi mente, y nunca me traiga buenas noticias. Me aburre reproducir la música más alta que mis pensamientos y acabar siempre llorando, oyendo como la tristeza sobrepasa el sonido de las corcheas. Y pensamiento tras pensamiento, dejo la vida pasar, con una sonrisa ahí afuera, mientras aquí dentro las letras empapan día a día, llorando, hojas en blanco. Me tengo que ir ya, así que será mejor que vaya cogiendo una sonrisa y ponga esta hoja al Sol, para dejarla secar, a ver si así se borra el dolor.

1 comentario:

  1. ¡Hola, Marina! Muchísimas gracias. Claro que no es ninguna molestia, ahora mismo me paso. De nada, otro para ti :)

    ResponderEliminar