jueves, 7 de agosto de 2014

Si supiera.

Si supiera que más de un invierno he soňado con tener sus brazos como abrigo, con sentir las yemas de sus dedos contando los lunares de mi espalda, mientras sus besos se convierten en mi mejor manta. Si supiera que cada día se convierte en veinticuatro maneras distintas de extraňarle, deseando veinticuatro veces poder abrazarle. Si supiera que no hay nada que más duela que oír sonar el teléfono y no sea su voz la que escuche al descolgarlo. Si supiera que odio no verle sonreír, y que haría lo que fuera por escuchar su risa a diario. Si supiera que tiene los ojos más bonitos que me he encontrado, y la mirada que siempre he andado buscando. Que su perfume sólo me gusta cuando lo huelo en su cuerpo, que todo lo bueno que le pase es como si me pasara a mí; que en las malas (aunque quizás no le haga falta) siempre me va a tener ahí. Y que me da igual cómo, cuándo y con quién, lo único que quiero es verle feliz.
Si supiera todo lo que no sabe...