viernes, 18 de enero de 2013

K, a, r, i, n, a. Karina.

K ilómetros es aquello que recorro mientras vivo,
a  la hora de vivir, tropiezo por el camino,
realista siempre he sido, o al menos eso he creído,
improviso mi destino,
nunca me quedaré a mitad de este camino,
algo que tengo muy claro es que llegaré al final de este recorrido habiéndome caído, pero sin nunca haberme rendido.

jueves, 10 de enero de 2013

Puro añoro

Echo de menos aquellos momentos en los que no podía parar de reír a carcajadas, en los que sentaba a todas mis muñecas a mi lado y hablaba, reía y jugaba con ellas. Extraño aquellos tiempos en los que la solución para mis problemas eran mamá y papá. 

Ojalá pudiera retroceder el tiempo y quedarme para siempre en una etapa de la vida que he dejado atrás, la etapa en la que lo principal era jugar, en la que los únicos problemas eran los de matemáticas y mis únicas heridas eran las que me había hecho corriendo en el parque. Etapa en la que llorar servía de algo, servía para que todos vinieran hacia a mí a abrazarme, consolarme, y comerme a besos.

He dejado mucho atrás, mi pasado no ha sido del todo bueno. El destino me ha separado de amigos que jamás pensé perder. Mis amigos de la infancia, amigos que, pase el tiempo que pase, no consigo olvidar. Tal vez, ellos a mí ni siquiera me recuerden. Pero yo sigo recordando todo lo que viví junto a ellos, y a cada uno de ellos. Me siento como una extraña entre tanta gente. Les echo de menos, demasiado de menos.

El tiempo ya ha pasado, ya hace siete años desde que dejé toda una vida atrás para comenzar otra. He perdido demasiado, he ganado más de lo que esperaba; pero nada de lo que gane podrá sustituir todo lo que un día perdí. Es imposible reemplazar a los amigos que compartieron conmigo mi primer lápiz cuando estaba aprendiendo a escribir, mi primera sílaba cuando estaba aprendiendo a leer, mi primer juguete cuando estaba aprendiendo a jugar. Vivo de recuerdos, no logro olvidar el pasado y se me está olvidando vivir el presente.

Se me cae el mundo encima cada vez que me doy cuenta de que yo ya soy una extraña entre los amigos que un día fueron mitad de mi vida. Ya ni siquiera me dirigen la palabra, cambian de acera o agachan la cabeza cuando me encuentran por la calle.

¿Dónde quedaron guardados los recuerdos, los momentos, y todo lo que compartimos? ¿Será que ya lo habrán olvidado? ¿Será que ya me han olvidado a mí? ¿Será que ya no les importo, que sobro entre ellos? No fue mi culpa, fue culpa del destino. La distancia nunca ha sido frontera para mantener una amistad.

Creo que, si de verdad fui alguien importante para todos ellos, nada habría cambiado. ¿Dónde quedaron las promesas de "nada va a cambiar"? La vida me ha hecho ver que nada es para siempre, que las amistades de toda la vida desaparecen de un momento a otro, que el destino siempre va a estar pendiente de revolverlo todo en el peor momento.

Nada volverá a ser como antes y es eso lo que más me duele, lo que más añoro. Mis amigos, mis mejores amigos, mis amigos de la infancia, amigos que jamás podré reemplazar. Es cierto que, en la actualidad, cuento con muchísimas amistades, pero ninguna es como las que dejé atrás y al mismo tiempo siguen adelante conmigo. El tiempo las dejó atrás, pero en mi corazón siguen todas adelante, aquí, aquí conmigo, siempre. Son tantos los recuerdos... ♥

miércoles, 9 de enero de 2013

¿Nunca has sentido ganas de explorar dentro de ti, e intentar conocerte del todo bien?


Sé que mi nombre es Karina, pero saber mi nombre no implica conocerme. Siempre he sabido que la escritura me gusta, pero últimamente me gusta más que nunca. No me importa pasarme una tarde entera escribiendo historias, ya sean reales o inventadas. Me obsesiono demasiado con las tildes y no soporto ver una palabra mal acentuada. Comienzo a escribir sin rumbo y siempre acabo encontrando un destino. Cada vez que tengo tiempo libre me pongo a escribir como estoy haciendo ahora. No sé por qué, pero la escritura me hace viajar a un lugar en el que  no puedo pensar en nada malo, en el que puedo relajarme, aclarar mis ideas, olvidarme del mundo y pensar únicamente en construir una historia con sentido y sentimiento. Día a día intento mejorar mi expresión e intentar escribir de la manera más ordenada posible. Muchas personas me han dicho que sirvo para escribir, sin embargo yo no estoy tan convencida. Me gusta la idea de ser escritora y cada vez que leo un libro me pregunto: "¿Podré escribir yo uno de estos algún día?". Nunca he obtenido la respuesta exacta, ya que a veces pienso que sí podré y otras pienso que no. Ya conozco un poquito más de mí, ya sé que me encanta escribir. Ahora, intentaré conocer otra parte de mí...

Soy una adolescente, así que obviamente estoy en la etapa de la adolescencia. Sé que para muchas personas esta es la etapa de "la bobería", pero no, yo no soy de esas que, por ejemplo, dejan de estudiar para sentirse más importantes, o comienzan a fumar para sentirse más grandes, o también comienzan a emborracharse para luego sentir orgullo de ello. No, yo no soy así, yo tengo un poco más de conocimiento. Siempre me he considerado como una persona sencilla, con los pies en la tierra, amiga de mis amigos, cariñosa con las personas que merecen mi cariño y también con las que no. Pienso mucho en mi futuro y tal vez por ello me preocupo muchísimo por mis estudios. Me derrumbo cada vez que obtengo una mala calificación en algún examen, porque lo que más me fastidia es esforzarme y estar ahí, estudiando, estudiando y estudiando, para que luego llegue el examen y suspenda. Siempre he sabido que lo importante es intentarlo,  no rendirme y decir "yo puedo y podré"; pero a veces  cuesta convencerme de que podré y ni siquiera me molesto en intentarlo, aunque luego me arrepienta de no haberlo hecho. 

He oído que la vida son dos días, así que sonreiré hoy por si acaso mañana me toque llorar. Me encanta reír y no hay día en el que no sonría. La risa es mi mejor medicina, es la que me ayuda a mirarlo todo de una manera más positiva. Siempre busco cualquier excusa para reír. Adoro esa sensación en la que suelto todo el aire en una carcajada y después, respiro. Llorar, ¡claro que he llorado!, pero siempre me seco las lágrimas con un trapo de sonrisas, trapo que siempre me hace pensar: "No merece la pena llorar, sonríe y verás que todo cambiará a mejor", entonces es ahí cuando recupero de nuevo mi sonrisa. 

Soy pesimista y optimista a la vez, también soy realista y sé lo que va a salir mal y lo que va a salir o puede que salga bien. Siempre que digo "todo saldrá bien", no me suelo equivocar. Cada vez que digo "todo saldrá mal", me equivoco. Creo que soy más optimista, que pesimista. Me gusta mirar a la vida de una manera positiva, no me gusta lo negativo y siempre intento que las personas de mi alrededor piensen en positivo. No merece la pena comerte la cabeza pensando que todo va a salir mal y luego la vida te sorprenda con lo contrario. Aunque también  sé que se siente mucho dolor cada vez que parece que todo va a salir bien y todo se queda en eso, en una apariencia equivocada.

Puedo llegar a ser la persona más simpática del mundo y también la más antipática. Todo depende del momento y de la persona. Intento esquivar a los problemas y a las personas que pueden darme problemas. Me gusta llevarme bien con todo el mundo, aunque no todo el mundo me cae bien. Unas personas me caen mejores que otras, lógico, aunque a todas las intento respetar por igual. No me gusta tener enemigos, creo que de momento no tengo, ni he tenido y espero no tener ninguno.

Muchas veces creo conocer a una persona del todo bien, pero luego, zas, todo era un disfraz de carnaval. La vida me ha hecho ver que ningún amigo es para siempre, ni siquiera la vida es para siempre; nada es para siempre. Todo cambia y tarde o temprano me doy cuenta de las personas que son mis amigas de verdad y de las que me buscan únicamente cuando me necesitan. Odio la falsedad.

Es cierto que no me siento grande, pero tampoco pequeña. Intento ser lo más madura posible, aunque rara vez me comporte de una manera infantil. Mi objetivo es madurar cada día más y tener cada vez más claro todo lo que quiero que sea de mi vida. Yo no tiraré mi futuro por la borda. Yo quiero sentirme orgullosa de lo que he vivido, de lo que he conseguido gracias a una larga lucha. Nunca me quedaré sentada en el sofá, esperando a que el tiempo decida por mí. No dejaré que nada cambie mis planes para el futuro, ni siquiera Rajoy con sus asquerosos recortes, etc. Nada me detendrá, seguiré luchando para ser lo que yo quiera ser, no lo que los demás quieren que sea; saltaré las barreras que intenten frenarme, me levantaré cada vez que tropiece; no importa que mis pasos avancen por caminos pedregosos. Siempre que caiga, me levantaré. Siempre.

Nunca me he escondido de las tormentas. He aprendido a bailar bajo la lluvia y a dejar que cada gota de la misma se deslice sobre mí. No le temo a nada, excepto a la vida, porque sé que haga lo que haga no voy a salir viva de ella. Aunque sienta miedo siempre intento aplastar la cobardía que me invade por momentos. Pienso que el miedo sólo sirve para dejar escapar oportunidades. 

No creo en ese famoso tren que sólo se ve pasar una vez en la vida. Tampoco creo en ese Dios al que tanto se le habla, pero él nunca responde. Yo creo en lo que veo y si no lo veo, no lo creo. Eso sí, respeto totalmente a los creyentes. Cada persona tiene sus propias creencias, ¿no?. Nunca he leído la bibilia, la verdad es que tampoco me entusiasma mucho esa historia. Prefiero leer un diccionario, incluso lo he hecho. Sí, me he leído un diccionario y ha sido muy interesante; descrubrí palabras las cuales ni siquiera sabía de su existencia.

Nadie me conoce, ni siquiera la persona más cercana a mí. Nunca he sido capaz de actuar como realmente soy, tal vez por timidez. Y soy como he intentado explicar en todo esto... Soy alguien que si siente dolor se calla y sonríe. Me cuesta pedir ayuda. Intento resolver todo sola. He convertido varias veces la leche en mantequilla para poder salir de ese charco que intentaba hundirme y acabé deslizándome por él y saliendo por mi propio pie. Resolver todo sola me hace más fuerte. No dejarme llevar por nadie me hace más inteligente para ordenar mis propias ideas.

Me encanta la música, no puedo sobrevivir ni un día sin ella. Adoro el rock. También me gusta el pop. Odio el reggaeton. Detesto el merengue. Siempre escucho varias veces la misma canción, hasta que acabo cansándome de ella. Me gustan las canciones en las que me veo reflejada detrás de cada letra. Pienso que la música me hace ver la realidad, hace que me dé cuenta de muchas cosas, me inspira, me hace recordar, reír, llorar, reflexionar... ¡No puedo vivir sin música!

Respecto a la vida... ¿Qué puedo opinar sobre ella? En la vida se pasa por distintos momentos; unos mejores que otros, pero todos inolvidables. Vivo cada día ignorando lo que puedan pensar sobre mí. No le doy importacia al "qué dirán". Soy como quiero ser y quien me quiere querer, me acepta tal como soy. Nunca cambiaré por alguien y si cambio será a mejor. Tengo defectos y virtudes, no soy perfecta; nadie lo es. Siempre me he preguntado cómo habré llegado aquí y hacia dónde iré después de aquí. Nunca sabré lo que habrá después de la vida. Nunca sabré si voy al cielo, o simplemente me quedaré dormida en un profundo sueño eterno.

Detesto el tiempo y esas dos agujas que no paran de moverse produciendo un molestoso "tic-tac". Suelo llegar tarde a todos lados. Soy un poco desastre a la hora de organizarme. Me gusta hacer cosas sin sentido. Siempre lo dejo todo desordenado, porque cada vez que ordeno pierdo algo. No me importa el desorden, mientras sepa dónde lo tengo todo. 

Ha aprendido que el arriesga no pierde nada, y que perdiendo también se gana. Así que arriesgaré y no me importará perder. Cada derrota me hace más fuerte para levantarme y continuar hacia una nueva victoria. Nunca me he sentido derrotada, aunque he perdido en varias ocasiones. Pero a pesar de haber perdido, me he quedado con la cabeza bien alta, sonriendo y siguiendo siempre hacia delante. Camino sin espejos, para no mirar atrás. No vivo de recuerdos, pero recuerdo siempre lo que he vivido.

No quiero  ser una princesa, sé que las princesas sólo aparecen en los cuentos que leí en la infancia. Prefiero ser una simple persona. No busco la fama. Tampoco pretendo que todo el mundo me quiera. Intento ser buena persona y querer a los míos, a los que están siempre ahí. Adoro a cada persona que me ayuda sin esperar nada a cambio, a cada persona que me enseña, me hace sonreír en los buenos y malos momenotos y a la que está cuando la necesito y cuando no también.

No me puedo quejar de todo lo que tengo. Sé apreciar todo lo que me rodea y no deseo con exceso lo que no puedo tener a mi alcance. Es imposible tenerlo todo. No quiero pedir más, ¿por qué? Pues simple y llanamente porque me conformo con mi familia y mis amigos, ya que son estas personas las que día a día me hacen feliz; son las que están siempre aquí, aquí conmigo.

El único amor eterno en el que creo es en el de mi familia, dado que me he dado cuenta de que nunca existirán personas que me quieran tanto; nunca encontraré a mejores personas que ellas; siempre estarán a mi lado, nunca me fallarán.

He tenido varias amistades que me han prometido un "para siempre". Solamente me lo prometieron, pero nunca lo cumplieron. La vida me ha quitado amigos, aunque también me ha regalado muchos otros. La distancia suele llevarse entre sus brazos cualquier cosa, hasta las amistades más fuertes.

He perdido, he ganado, he luchado, he reído, he llorado, he corrido, he bailado, he querido, he odiado, me he equivocado... He vivido. Soy yo, simplemente yo. Acepto mis críticas, tanto las malas como las buenas. Las críticas me hacen más fuerte. No me importa lo que quieran pensar de mí. Siempre oiré distintas opiniones acerca de mi persona y la mayoría de ellas no serán verdad. El mundo suele inventarse muchas cosas que nunca fueron verdad; el mundo inventa sus propias mentiras y lo peor es que se las cree. Yo no lloro por aquellos que intentan hacerme daño; yo sonrío y demuestro que sólo lo intenta, pero no lo consigue. Mi fuerza nace de de mis caídas. Mis victorias son fruto de mis derrotas. No sé quién estuvo antes de mí, ni sé quién estará después de mí; sólo sé que yo estoy aquí y soy feliz con lo que tengo. La vida es un instante, lo aprovecharé para sonreír.

Sin título.

En la vida, muchas personas vienen y muchas otras se van. A veces, no sé apreciar a las que vienen, hasta que las veo marchar. En ocasiones, no me comporto como debería con las personas que siempre han estado a mi lado. Uno de mis defectos es que, sin darme cuenta, le doy más importancia a las personas que nunca están cuando las necesito, e ignoro a las que siempre han estado aquí, aquí conmigo.

Hoy, echo de menos a muchas personas que ayer no supe apreciar; echo de menos a personas que un día eché de más. Me he dado cuenta de que no todas las amigas son amigas. Muchas utilizan máscaras las cuales me pintan todo bonito, me ciegan e intentan alejarme de las que de verdad son amigas. Puede que sea tarde, o tal vez aún es temprano, lo único que sé es que ha llegado la hora de aprender a diferenciar entre una amistad y una falsa amistad. Los amigos de verdad se cuentan con los dedos de una mano, y aún así me siguen sobrando dedos.